jueves, 28 de enero de 2010

Jim Jarmusch- Los límites del Control



Cuando salí de ver esta, la última película de Jim Jarmusch, lo hice con la misma sensación que tuve cuando fuí a escuchar a Bob Dylan: la de una total extrañeza. Pero como en aquella ocasión, la experiencia ante la obra continuó con mas fuerza después y no propiamente en el momento del acto (aunque parezca raro).

Vayamos por partes. En la superficie el director ha construido una película de espías, que la hermana con sus dos cintas de género, Dead Man (viejo oeste) y Ghost Dog (Ninjas), pero claro, realizándolas a su manera, tomando las convenciones de cada género para, a partir de ahí, irlas deconstruyendo.

Estan presentes pues, la figura del espía (bien vestido, impasible, seguro de sí), la femme fatale (la desnuda, fruto del deseo, peligrosa, y apoyo para el héroe), los personajes secundarios que le van dan uno a uno, pistas para llegar a su destino, el villano y su impasible fortaleza, entre otras cosas. Y por otro lado, la deconstrucción del género: El espía esta totalmente solo. No utliza gadgets o tecnología alguna (no moviles, menciona en algunas partes de la cinta). Las pistas nunca se hacen evidentes. No utiliza armas. Ni siquiera hay sexo (Pero si un erotismo muy sutil y hasta chusco). Y lo que se hace mas notable: carece del momento climático donde el héroe se va adentrando en la fortaleza del villano para enfrentarlo cara a cara, verdadero leitmotiv de este tipo de cine. Una vez más, pues, Jarmusch logra rendir homenje y desmitificar al género en turno a través de su anticlimax narrativo.

Ahora, esto solo es el pretexto (la forma). El fondo puede ser aún mas complicado. Sabedores somos de que Jarmusch evita los manipuleos sentimentaloides hacia sus espectadores, ahora lo lleva a extremos exasperantes. Con esto estamos pues, a la que puede ser su cinta mas extrema, donde lleva sus intereses y obsesiones de su lenguaje cinematográfico, valga la referencia, al límite (Lenguaje que hace que encarne como pocos en el concepto de cine de autor independiente).

La fotografía es excelsa. Evitando caer en el lugar común de presentar postales de España a manera de turisteo (¿alguien dijo Vicky Cristina Barcelona?) se nos presenta sin embargo, un lado mas sucio y desolado, mas de ambientes y atmósferas inquietantes.

La película en cuanto a su narrativa parece por momentos como si fuera filmada como una larga partitura, con sus ciclos y sus ligeras variantes que van avanzando lenta y progresivamente. Hablando de la música, genial la incursión de los japoneses Boris y el grupo norteamericano Sunn O))), grupos de doom cuya música guarda un extraño paralelismo con la propuesta de la cinta. De corte lento, denso, difícil de asimilar , ambiental y llena de pequeños detalles. Se ha dado pues en el clavo con su incursión. (Como curiosidad, para los interesados, diré que ambos grupos tienen un disco en conjunto llamado Altar).

La película puede leerse desde diferentes ángulos. Aunque eso ya es cuestión y reflexión de cada persona. ¿Una revancha del arte ante el poder económico que termina maniatándolo y domesticándolo a su servicio e intereses? ¿Una reflexión sobre la importancia del individuo ante la sociedad que termina imponiendo ciertas realidades? ¿Se habla de un autocontrol? ¿O al final, como dicen en alguna parte no hay que hallarle una razón a las cosas? Con más preguntas que respuestas, creo que este es el valor auténtico de la película. Esto por no hablar de los muchos simbolismos que va presentando en el camino.
Al final, más que situarte ante un convencional ejercicio cinematográfico, Jarmusch pareciera ponerte frente a un cuadro estático donde lo contemplas por un largo rato para sacar tus propias conclusiones y reflexiones, sin mayor manipulación emotiva que la disposición que tengas tu mismo. Desde mi punto de vista, si creo que fue algo larga, y el desarrollo pudo condensarse un poco más. Pero claro, si hay algo que tambien define a Jarmusch es que nunca ha tenido temor a exponer y enfrentarse al tiempo.

En lo que a mí respecta, no es mi película favorita del director, pues en definitiva me inclino más por la encantadora simpleza y verborrea de historias como Night on Earth o Mystery Train) o cintas tan redondas como Ghost Dog (para mi gusto la mejor) pero como todo lo que hace el director, finalmente se me hace una pieza notable e interesante.

¿Buena? ¿Mala? ¿Autocomplaciente? ¿Inaccesible? ¿Genial? ¿Un poema de fondo y forma? ¿Interesante? ¿Infumable? ¿Irritante? ¿Obra maestra? ¿Rompedora de moldes? ¿Subvalorada? ¿Sobrevalorada? ¿Pretenciosa? ¿Profunda? Un poco de todo puede haber. Dependiendo del cristal como se mire, puede caer en uno u otro adjetivo. Pero no deja indiferente. Se presta para amarla u odiarla. Finalmente, Jarmusch sigue siendo la alternancia y de los pocos directores que siguen trabajando de una forma independiente y haciendo continuas reflexones del cine, el arte y la vida a través de su trabajo. Y esto, hoy día, se agradece.

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