lunes, 5 de septiembre de 2011

Juan Cirerol - Ofrenda al Mictlán


Bukowsky comentaba que el acto de escribir debía ser a través de la frase simple, sin confusiones, lo que el llama, el dialogo realista. Antes que adornar, está la obligación de contar algo y remover las tripas. Tomando como punto de partida esto, es que nos encontramos a uno de los músicos más Sui Generis y auténticos que ha dado nuestro dilapidado país.


Juan Cirerol es un compositor originario de Mexicali, que sin pretensión alguna y en cambio, muchísimo talento (cosa opuesta  a digamos, mmm....... Zoé) viene a remover la agusanada escena musical mexicana. Lo cabrón del asunto, es que a el le vale sorbete lo que pasa a su alrededor. El es feliz tocando, escribiendo sus canciones, grabando sus videos en el mercado de San Juan de Dios o de Coyoacán y exponiendo su lírica a la gente, así sea  una reunión de amigos o los trausentes del parque. A través de un lenguaje por demás natural, habla de la rutina, del amor o de situaciones absurdamente cotidianas, a veces con un toque tan humorístico y desparpajado que nos hace recordar a un Chava Flores, o a veces tan oscuro y ágil como Eliott Smith. En lo que en Saúl Hernández o Leon Larregui es la lírica superflua y pretendidamente metafísica, en Cirerol es una realidad tan táctil como profunda.


Musicalmente, es un audaz híbrido entre la música norteña mexicana y el country a lo Johnny Cash, con actitud punk. La referencia inmediata que se podría tener de Juan Cirerol, podría encontrarse en el mítico Rodrigo Gonzalez, pero realmente tanta comparación podría ser injusta para el músico, sobretodo porque puede labrar su propio (y prometedor) camino.

En lo que muchos grupitos, lo indie es una etiqueta para promocionarse mejor, en Juan es una forma de vida. En lo que tanto grupito mexicano su propuesta es la copia vil y barata, en este señor (aunque bastante joven) es la actitud iconoclasta por medio de las raíces (aunque suene paradójico).¿Ha nacido el auténtico folk mexicano? Probablemente el dirá que solo homenajea a sus ídolos, pero lo que no sabe, es que su disco Ofrenda al Mictlán es, de ya, un clásico instantáneo.