martes, 27 de julio de 2010

Pokar de reynas

Ya vamos a más de la mitad del año y me he encontrado con varias gratas sorpresas en el ámbito musical. Respecto a esto quiero hacer hincapié a cuatro chicas que han sacado disco en esta reciente temporada y de las cuales sería bueno hablar de ello.

Kate Nash- My best friend is you
La joven y declaradísima seguidora del estilo Spektor sacó un nuevo disco donde se hacen notar disparados saltos de estilo entre canción y canción. Hecho con el mayor desparpajo posible, igual podemos encontrar tonadas poperas hasta retro cincuenteras que se dejan escuchar con bastante soltura. Incluso en una misma canción se nota esto, como en Do Wah Doo, que empieza con una tonada muy grunge para reventar en una especie de agogo . Por otro lado, pareciera que la joven Nash estuvo empeñada en homenajear a sus influencias que se hacen por demás notorias en todo el disco. Como en la muy garbage i just love you more, o la extraña Mansion Song que también suena sospechosamente parecido a algo ya antes escuchado. Y bueno, Pickpocket sobra decir que es spektoriana hasta los huesos. Me quedo entre todas las piezas con I've Got A Secret.

Un disco por demás simpático y agradable, con muy buenos momentos, que sin embargo, siendo sinceros, se queda un poco en ello. En la superficie. Probablemente a la chica Nash le falta madurar un poco mas su propuesta, pues talento lo tiene y de sobra; ojalá que en futuras producciones nos logre sorprender más con un camino propio y libre de esas (claras) influencias. Haciendo un poco de relación al nombre del disco, My Best Friend Is You es como si realmente quedaras con un buen amigo que te hace el rato divertido y agradable, pero con el cual, nunca podras tener una conversación mas honda. Lo cual, al final, viendólo bien, no es tan malo.


Martina Topley Bird- Some place simple
La diva que se dió a conocer por acompañar a Tricky en sus primeros discos tiene una carrera un tanto desconocida pero mas que digna. Que digo digna. Loable. Lejos de los reflectores que tienen gente como el citado Tricky, Portishead o Massive Attack (con los cuales tambien colaboró en el excelente Heligoland) dentro del género trip hop, ha creado una corta discografía, pero de un alto nivel. Y su último disco no es la excepción.

Este disco es una auténtica delicia realmente. En el retrabajó antiguas canciones de sus primeros dos discos y añadió unas cuantas más para redondear un trabajo íntimo, delicado, minimalista y emotivo. Optando por limpiar el sonido hasta hacer que su exquisita voz lleve de la mano al escucha, mientras uno se va arrullando entre una suave guitarra acústica o una sutil base electrónica. Cabe decir que muchas de las versiones que presenta aquí, fueron tocadas de esa forma en los conciertos que le abrió a Massive. Sin lugar a dudas, el mejor acto de apertura que me ha tocado presenciar. Con ese calor y dulzura nos recibe en disco. Difícil mencionar una canción sobre otra ante tal nivel. Lo dicho, delicioso. Un imprescindible del año.


Charlotte Gainsbourg - IRM
Otra aun más desconocida cantante. De origen francés y con también incursiones en el cine (una de las más recordadas a últimas fechas es en la Ciencia del sueño de Michel Gondry). La bella Charlotte se ha cobijado en este disco bajo la producción del inquieto Beck Hansen y han horneado un disco de un perfil muy parecido al que realizó el propio Beck con Sea change, tan lleno de hondas letras, brillantes secciones de cuerdas o deliciosos pasajes alternativos (con todo el sello que siempre ha guardado el músico).

La mano de Beck termina dotando de innumerables variantes y texturas a la susurrante voz y a las finas armonías que trabaja la cantautora, verdaderamente se puede hablar de una combinación que hace justicia y da presencia a cada uno de ellos. SIn embargo, en algún track se puede hacer aun mas notorio el influjo de Beck en el disco como en Heaven Can Wait; en otros, la presencia se desvanece un poco más. Un disco tranquilo, reposado, lleno de luces y sombras, con varios momentos a destacar. Me quedo con la conmovedora In the End, la extraordinaria Le Chat Du Café Des Artistes o la bella e inquietante La Collectionneuse. Discazo.


Janelle Monáe - The ArchAndroid
Este disco es una especie de soundtrack retro futurista que retoma mucho de la música negra existente (soul, R&B, funk, hip hop) y lo sacude en una licuadora para reinventarlos y revisionarlos. Esto por no hablar de que verdaderamente el disco tiene una temática conceptual que va mucho por el estilo de lo retrofuturista. Esto en manos de mucha gente, podría sonar pretencioso, pero en manos del apabullante talento (ahí la gran diferencia entre la pretensión y la genialidad) de Janelle es sotisficación pura.

Aqui la unidad no está en un derrotero propiamente, sino en la variedad y el alto nivel que alcanza la joven diva. Increíble la variedad de timbres que puede alcanzar la chica. Desde una épica y espectacular BaBopByeYa muy en la escuela de enormes divas como Shirley Bassey o la muy extraña Wondaland que recuerda enormemente a Kate Bush. En algunos otros momentos la chica nos hace recordar desde a una Karen Carpenter hasta a Nancy Sinatra. Vamos, que en algún momento hasta a la propia Beyonce nos trae en mente. Por otro lado, en el aspecto músical el crisol es igualmente variado, pasando con energía y personalidad del funk al hip hop y de ahí al folk, la música de soundtracks espaciales, suites de tintes clásicos y rock pop psicodélico,. Mención aparte merece la imagen que proyecta la autora, como una especie de androide de la película Metrópolis con tupé a la rockabilly, con elegancia andrógina y personalidad grasosamente funk. Sin duda toda una extensión de lo que es la música.

Si hay un disco que no se debe pasar por alto es éste. Si en años próximos se pueda hablar de discos que se volviésen un clásico instantáneo del 2010 sin lugar a dudas este disco estaría entre los mencionados. Extraordinario y alucinante a partes iguales.



miércoles, 7 de julio de 2010

Calamaro - On the rock

El disco de las colaboraciones. Asi podría ser conocido este álbum dentro de la vasta y prolífica carrera de Andrés. Y es que, en esta su nueva entrega, se hace acompañar de gente tan disímbola como El Cigala, Niño Josele, El langui, Enrique Bunbury, Vicentico y René Pérez de Calle 13, dándole a cada uno la oportunidad de darle su aporte y brillo, sin perder la dirección músical marca de la casa. Al final, resulta una celebración en si tanto crossover musical, lo cual se agradece, dándole al disco un sello singular y variopinto. Entre todas las colaboraciones (algunas mejor que otras, pero ninguna deja indiferente) la más interesante me resulta la de el MC Langui, cuyo rapeo enclava de forma por demás natural dentro del bolero Te extraño.

Del flamenco al ranchero, del rock a la cumbia, de los Rodríguez a El cantante, de la letra a la composición. Calamaro sigue teniendo una facilidad pasmosa para hacer canciones de ecos populares, como la muy a la Rodríguez Me envenenaste o la muy buena Los Divinos. Por otro lado, nos encontramos con canciones que recuperan al Calamaro mas guitarrero y potente como El Pasodoble de los amigos ausentes o Flor de Samurai. En el terreno de las letras, resaltan de nueva cuenta esos textos de corte mas triste e intimista, que se extrañaban un poco en su anterior entrega, que para muchos puristas pecaba de ser "demasiado feliz". Ejemplo de esto lo encontramos en la preciosa Todos se van.

Ataba con alambre los pedazos
de lo que alguna vez fue un corazón
del gran espejo interior
Y afuera donde es verano
todos se van, todos se van.

A estas alturas, se nota que Calamaro todavía se dá el gusto de seguir celebrando el gusto por hacer música, y mejor aún, se da el lujo de seguir siendo parte del soundtrack de nuestras vidas. O como dijera el propio músico al definir esta entrega: "Este es un disco entre amigos". Creo que esta aseveración incluía al escucha. En horabuena.